martes, 28 de septiembre de 2010

Referéndum sobre el Fonavi: ¿Cuántos votos son necesarios?


El 3 de octubre se realizará la consulta popular para la devolución de los aportes del Fonavi y Carlomagno Salcedo, representante de la Oficina General de Asesoría Jurídica de la ONPE, explicó lo que sucederá con los resultados.

“Para que gane el Sí, debe de obtener la mitad más uno de los votos válidos. La otra condición es que el Sí sea por lo menos el 30% del total de votantes”, informó Salcedo.

Asimismo, indicó que si el proyecto es aprobado, se publicaría inmediatamente en el diario oficial “El Peruano” y, al día siguiente, entraría en vigencia y no podría ser modificado por dos años. Por el contrario, si esto no ocurre, el documento sería archivado.

Yunus, neoliberalismo y elecciones municipales


Por PEDRO FRANCKE


Mohamed Yunus pasó raudamente ayer por Lima.

Yunus recibió el Premio Nobel de la Paz por su aporte a la lucha contra la pobreza. ¿Qué tiene que ver la pobreza con la paz? ¿Ha habido en este caso una gran equivocación? No, claro que no: el primer fundamento de la paz es la justicia social y no las balas. Yunus tiene bien merecido su Premio.

Yunus es conocido como el inventor de las microfinanzas. En su Bangladesh natal creó el Grameen Bank para dar crédito a los pobres, de tal manera que éstos puedan mejorar sus comercios, producciones agropecuarias, artesanías, etc. Su innovación consistió en otorgar créditos no de manera individual sino a grupos solidarios en los que las personas se avalan unas a otras. Es decir, si uno no paga, los demás deben hacerlo. De esa manera se logra reducir la morosidad, permitiendo así que el sistema de financiamiento sea sostenible y vaya llegando a cada vez más personas.

En el caso del crédito a los pobres, el “libre mercado” había fracasado completamente. Los bancos no le daban préstamos a los pobres, porque asegurar el repago de los préstamos era difícil y los costos muy altos. Pero al negarles el crédito a los más necesitados se frenan sus posibilidades de progreso económico. Por eso era absurdo seguir con esa fe ciega en el mercado, había que buscar una alternativa.

Es ante esa situación que Yunus desarrolla esta alternativa de grupos solidarios, que se basa en los vínculos comunitarios, muy distante de la ideología neoliberal que considera como lo único importante al individuo que persigue sus propios intereses. Ha sido justamente el confiar en la organización social, en las comunidades, lo que ha permitido el éxito de esta alternativa revolucionaria de Mohamed Yunus.

En nuestro país ha habido en la última década un gran crecimiento de las microfinanzas, operando con fuerte base en el esquema comunitarista de Yunus. Pero hay otro elemento en el desarrollo de las microfinanzas en el Perú que contradice la ideología neoliberal. Resulta que entre las empresas más importantes en el campo de las microfinanzas están las Cajas Municipales, que no son empresas privadas sino empresas públicas, de propiedad del Estado, aunque no dependen del gobierno central sino de los gobiernos locales.

La propuesta de Yunus es una propuesta innovadora, que se basa en los lazos comunitarios para corregir lo que el libre mercado y el individualismo no logra. Se orienta a promover el progreso económico de los que tienen menos emparejando así la enorme desigualdad existente. Merece por eso, sin reservas, el apoyo de una izquierda renovadora y social. No es de extrañar, por eso, que el plan de gobierno para Lima de Susana Villarán plantee incrementar el crédito a las pequeñas y microempresas desde la Caja de Lima Metropolitana.

La inestabilidad y el gobierno de los ricos

Por Humberto Campodónico

Todo planteamiento de cambio en la política económica para reducir la desigualdad en la distribución del ingreso, así como las brechas sociales que acompañan a este modelo económico excluyente, ha sido desestimado, con bastante desdén y aún más soberbia, por los “técnicos” gubernamentales y, también, por buena parte de la clase política nacional.

Así, ahora que la población comienza a orientar su voto hacia candidatos que no son los cachorros de la derecha, inmediatamente se dice que “traen inestabilidad”. Ni por asomo se les escucha ensayar alguna autocrítica para tratar de explicar la gran insatisfacción de la población con el modelo económico, a pesar de los 9 años de crecimiento.

Recordemos que en el CADE de noviembre del 2006 se planteó el problema de la desigualdad (el lema fue “no existe nosotros con alguien afuera”), concebido como una de las principales razones explicativas del altísimo voto de Ollanta Humala ese año. Pero una golondrina no hace verano, y esa tentativa de plantear –aunque sea mínimas– modificaciones redistributivas al programa económico quedó en nada.

Pero la desigualdad sí siguió avanzando, lo que también es percibido claramente por analistas internacionales, como The Economist: “si el voto de la izquierda aumentara en las próximas elecciones presidenciales, esto se deberá a las fallas de la derecha, así como a las virtudes de la izquierda. El Sr. García ha fracasado en erradicar la corrupción rampante en su partido y su gobierno no ha hecho lo que hubiera podido en aumentar los ingresos tributarios para que los programas sociales sean más efectivos. Los peruanos siguen buscando al político que pueda combinar el crecimiento económico con un gobierno limpio, justo y efectivo” (23/9/10).

Cierto. La presión tributaria en el Perú es 14.5% del PBI (una de las más bajas de América Latina), pero el gobierno se niega a cobrarles un impuesto a las ganancias extraordinarias de las mineras y petroleras debido a los altos precios. Y tampoco es “efectivo”, sobre todo cuando permite la exportación del gas del Lote 88, aun sabiendo que está desabastecido el mercado interno.

Hay muchos ejemplos de cambios para tener un gobierno “limpio”, comenzando por botar al tacho al “perro del hortelano” y no dar leyes al caballazo, como los Decretos Legislativos de Bagua o la buena pro del Consorcio Majes-Siguas, adelantada con una “viveza criolla” digna de mejor causa por Proinversión, lo que ha levantado a todo el Cusco. A lo que se suma el aumento del salario mínimo, establecido por ley, pero que el gobierno no cumple. O la regulación en el cobro de las comisiones de las AFP (una parte fija y la otra variable, de acuerdo a la rentabilidad).

Todas estas “pequeñas cosas” poco a poco cambian la cantidad en calidad y, al final, pareciera que es solo la última gota de agua la que rebasa el vaso. No, pues. Existen muchos antecedentes del malestar de la población, como lo demostró Jürgen Schuldt en su libro “Bonanza macroeconómica y malestar macroeconómico”, ya en el 2004.

Por las razones anotadas (y muchas más que se quedan en el tablero), la población percibe que éste es un gobierno de los ricos. Según una encuesta de la CEPAL (1), solo el 9% de la población peruana cree que “la distribución del ingreso es muy justa o justa”. Por debajo de nosotros solo está Paraguay con el 6%, mientras que 22% es el promedio de la Región (2.5 veces más que en el Perú).

Que no nos digan, entonces, que “los candidatos traen inestabilidad”, cuando ésta es generada por el propio modelo económico.

Su lema ha sido “no cambiar nada para que nada cambie”, para que los beneficios se queden en pocas manos. Es de allí que proviene la inestabilidad y es lo que hay que cambiar para que ésta desaparezca.

(1) Panorama Social de América Latina 2009, www.cepal.org, página 43. Encuesta a 18 países de la Región.