lunes, 26 de julio de 2010

América Latina, entre el despegue económico y la desigualdad

El informe del PNUD alerta de la gravedad de las desigualdades en América Latina ©PNUD

Por Jesús Moreno Abad


La insólita pujanza económica del subcontinente no deja de alimentar su histórica desigualdad: diez de los 15 países más desiguales del mundo se encuentran en esta zona, alerta la ONU. La PNUD advierte del peligro de no frenar la desigualdad: “Los pobres se alejarán de las instituciones democráticas”.

Una vez que el viento huracanado de la crisis económica comienza a remitir, casi todos los analistas coinciden en que este periodo recesivo ha tenido dos características que lo diferenciaran de otros vividos: La primera es su dureza, que ha golpeado a todos los países del planeta de una forma desconocida desde el crack del 29, y, la segunda es que, por primera vez, el ciclo bajista de la economía no se ha cebado con América Latina. Así, organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) destacan el desarrollo potencial del subcontinente -al que augura un crecimiento del 4,8% en 2010 y casi de otro tanto en 2011- y su papel de arrastre para que el mundo salga de la crisis. Pero, ¿significa este crecimiento económico el fin de la pobreza y la desigualdad inherentes a la región?

La ONU no lo considera así y anima a los países de la región a apuntalar políticas distributivas que avancen en la disminución de la desigualdad. “No basta con el crecimiento económico, que siempre es importante. Tiene que haber políticas específicas que apoyen a los más pobres […] porque América Latina es la campeona del mundo de la desigualdad”, resalta Heraldo Muñoz, subsecretario general de la ONU.

Dos informes presentados por sendos organismos de Naciones Unidas esta misma semana destacan los caminos opuestos que siguen las variables crecimiento e igualdad en América Latina. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) destaca el impulso económico de la región, a la que prevé un crecimiento del 5,2% este año. "El crecimiento es más alto de lo que se preveía”, asegura su secretaria ejecutiva, Alicia Bárcena, quien destaca que, no obstante, el desarrollo del subcontiente es desigual. “Destacan los países del Mercosur y aquellos Estados que tuvieron mayor capacidad de implementar políticas públicas. También aquellos países con mercados internos fuertes potenciados por el espacio regional y alta participación de las exportaciones hacia Asia", subraya.

La solidez macroeconómica que mostró la mayoría de los países de América Latina y el Caribe en los años que antecedieron a la crisis internacional marcó una diferencia significativa, a ojos de CEPAL. Los países aprovecharon un excepcional período de bonanza en la economía y las finanzas internacionales para sanear sus cuentas públicas, reducir y mejorar el perfil de su endeudamiento y aumentar sus reservas internacionales. Este proceso, explica en su informe, “permitió un mayor espacio para la aplicación de políticas públicas contracíclicas e hizo posible el inicio de la recuperación en la segunda mitad de 2009”. Así, CEPAL estima que Brasil crecerá 7,6%, Uruguay y Paraguay un 7%, Argentina un 6,8% y Perú un 6,7%; otros crecerán algo menos, como Ecuador, Honduras o Nicaragua, que no llegarán al 3% y, de forma minoritaria, en el otro extremo, estados como Venezuela y Haití retrocederán un 3% y un escalofriante 8,5%, respectivamente.

Pero, ¿este crecimiento es suficiente para reducir la pobreza? Los expertos del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), no lo ven así. El propio Heraldo Muñoz, que es administrador de PNUD, alerta de esta cuestión: “Para reducir la desigualdad, se necesitan políticas de Estado que se sostengan en el tiempo”, subraya. “Ha habido modelos económicos en la región que asumen que con el crecimiento económico va a haber un chorreo y que la mano invisible del mercado lo va a resolver todo: Eso no es así”, se queja.

La región más desigual del mundo

El PNUD alerta de que América Latina es la región con “más desigualdad del mundo”. Diez de los 15 países más desiguales del mundo se encuentran en América Latina y el Caribe. El coeficiente Gini-que mide esta variable- es en esta región, según el Informe Regional sobre Desarrollo Humano de este organismo, un 65% más elevado que en los países de ingresos altos, un 36% más que en el este asiático y un 18% más que en el África Subsahariana. Y si el crecimiento económico es desigual, la desigualdad en sí también lo es: Bolivia, Haití y Brasil tienen un índice Gini superior al 55% y, al otro lado, países como Costa Rica, Argentina o Venezuela no llegan al 49%.

Esta desigualdad frena el desarrollo humano, según PNUD. Según sus estimaciones, si se incluye el malestar de la población hacia la desigualdad como variable del Índice de Desarrollo de la región, América Latina vería disminuido entre un 6% y un 19% su promedio en esta variable. “Si a pesar del crecimiento, los más pobres ven que la riqueza no entra en sus hogares, puede degenerar en un desapego a las instituciones demócraticas”, alerta Muñoz.

Para paliar esta situación, el organismo apuesta por una distribución más equitativa del gasto educativo, la reducción de la desigualdad de los ingresos no laborales, la distribución del crecimiento económico de la región y la mejoría en la incidencia del gasto social a través de la implementación de programas específicos.

Pese a una mejoría en los últimos años, la reducción de la desigualdad podría frenarse en los próximos años, según la ONU. “En manos del poder público está evitarlo”, resume Muñoz.


REDACCIÓN:
¿Cómo, no nos dijo Alan García, que éramos los únicos que crecíamos?, ¿El viernes, Gastón Acurio no nos decía que en 10 años estamos en el primer mundo?, pero NO, pisemos tierra, en este mundo capitalista el orden está estructurado, JAMÁS UNA NACIÓN OPRIMIDA SERÁ POTENCIA MUNDIAL, y esto porque la médula del capitalismo es la plusvalía, EL PRIMER MUNDO EXISTE PORQUE HAY NACIONES OPRIMIDAS.
Y si hoy América Latina "crece", es producto de la venta de materias primas (lo que los norteamericanos llaman COMMODITIES) a la gran locomotora económica que es China. Pero ¿Quién crece?: los sectores de la gran burguesía, los inversionistas; de allí la preocupación del Heraldo Muñoz del PNUD que los cada vez más pobres puedan expresar "un desapego a las instituciones democráticas", es decir que los más pobres puedan levantarse en rebelión porque no les llega "el crecimiento económico". ¿Entendemos ahora porqué EEUU pone más bases militares en Sudamérica?. A buen entendedor pocas palabras.

Camisea: exportar a 1 e importar a 80


Por Humberto Campodónico

Se está debatiendo mucho sobre los problemas que acarrea la exportación del gas de Camisea para el país. Y eso está muy bien. Ahora se sabe que la renegociación del Lote 88 en el 2006 fue ilegal porque permitió que se exporte dicho gas, que se había revertido gratis al Estado porque la Shell no lo pudo explotar y que, por ese motivo, tiene precios regulados, mucho más bajos que los precios internacionales.

También se sabe que las regalías que paga el gas de exportación son varias veces inferiores a las que paga el gas vendido en el mercado interno, motivo por el cual el gobierno –finalmente– ha decidido que estas se renegocien. Ha dicho el Canciller que no hay ninguna razón para “subsidiar la exportación”.

También se ha dicho que –expresada en unidades calóricas equivalentes– el gas se está exportando a un (1) dólar por barril, mientras que en el mercado internacional el petróleo se vende a US$ 80 por barril. Si bien esta enorme diferencia ha merecido algunos titulares de La República, es bueno volver sobre ella en estos días.

La cosa es así: cuando el gas se vende a US$ 10 por millón de BTU, su equivalente calórico en petróleo es US$ 59 por barril (1). Ese es el precio al cual actualmente lo está comprando Chile. Cuando el gas se vende en US$ 4/MMBTU, su equivalente calórico en petróleo está en US$ 23.6/barril. Ese es el precio actual del Henry Hub, lo que quiere decir que a ese precio se lo vamos a vender a México.

En ambos casos (Chile y México), el precio está por debajo del actual precio de petróleo de US$ 80/barril.
En el Perú el gas del Lote 88 se vende en boca de pozo en Camisea a US$ 1.54 MMBTU a las centrales eléctricas y en US$ 2.50/MMBTU a los consumidores industriales. Esto equivale a precios de petróleo de US$ 8.8 y 14.7 por barril, respectivamente. Queda claro que este es un precio barato que beneficia al mercado interno porque su equivalente en petróleo es US$ 80/barril. Enorme diferencia, ¿no?

La cuestión es que en los contratos de exportación, cuando el precio Henry Hub es de US$ 4/MMBTU, lo que se cobra en boca de pozo es solo US$ 0.159 por millón de BTU. Sí, así como lo lee: 15 centavos de dólar por millón de BTU. ¿Por qué? Porque hay que descontar los costos de transporte y de proceso hasta México. Y, también, porque los “negociadores” peruanos de la época lo aceptaron.

Dicho de otra forma: se exporta el gas a 15 centavos, lo que equivale a un (1) dólar por barril de petróleo y si se tuviera que importar el mismo equivalente calórico en petróleo tendríamos que pagar US$ 80/barril. Por ese motivo, lo mejor sería –aparte de abastecer primero el mercado interno– industrializar el gas y obtener de 12 a 20 veces más que el valor de exportación.

El gas es un recurso estratégico para el Perú. No se le puede considerar un “commodity” y que su uso en el mercado –interno o externo– dependa del costo/beneficio en dólares, sin considerar la enorme importancia de la garantía del abastecimiento por treinta o cincuenta años y, también, sin tener en cuenta los equivalentes calóricos. Quienes afirman eso o bien no conocen el asunto o bien favorecen los intereses del consorcio exportador. Por eso, no se debe exportar ni una molécula del gas de los Lotes 88 y 56, que son “regalos de Dios” para el Perú.

(1) Se ha usado la equivalencia de la Organización Latinoamérica de Energía, que establece que mil metros cúbicos de gas natural equivalen, en poder calórico, a 5.98 barriles equivalentes de petróleo.